Poco más de 1200 personas privadas de libertad adscritas al régimen cerrado del sistema penitenciario alcanzaron la preciada meta de tener entre sus manos el título de primaria, noveno año y bachillerato, al cumplir los requisitos de estos niveles educativos en el curso lectivo de 2021.
Gracias al esfuerzo conjunto entre el Área de Educación del Ministerio de Justicia y Paz y los programas del Ministerio de Educación Pública, sumado al empeño y disciplina de los estudiantes, esta población tiene ahora una herramienta más para construirse un camino de vida distinto.
La recompensa la obtuvieron la semana pasada, durante las graduaciones que se organizaron en todos los centros penales del país, bajo estricto apego a los protocolos preventivos contra el Covid-19.
“Estos títulos acreditan el cumplimiento de un logro importantísimo para estas 1243 personas, quienes tomaron la opción como parte de su proceso de inserción social y la han aprovechado al máximo. No olvidemos que también en el sistema penitenciario hay gente que aprende a leer y a escribir. De esa forma, pueden ir avanzando a lo largo de los planes de estudio que el MEP aplica tanto fuera como dentro de los centros penitenciarios por igual.
“Este es un momento de celebración porque se abren muchísimas oportunidades y muchísima luz para personas que están pasando un momento temporal de su vida en una sentencia, y les da nuevas opciones para pensar y decidir de manera diferente”, expresó la jerarca de Justicia y Paz, Fiorella Salazar Rojas, haciendo también alusión a las cerca de 50 personas que recibieron un reconocimiento por haber superado con éxito el proceso de Alfabetización, programa de Educación Abierta del MEP.
La pandemia no los detuvo. Al igual que lo sucedido en 2020, los estudiantes tuvieron que adaptar sus hábitos educativos al contexto de la pandemia. En algunos centros penales el proceso formativo se dio de manera bimodal; es decir, con mezcla de clases presenciales y a distancia. En otros, las clases se dieron completamente a distancia.
Esto no impidió que 1166 hombres y 78 mujeres del sistema penitenciario obtuvieran sus títulos, como es el caso de José Agüero Montero, residente de la Unidad de Atención Integral (UAI) Reinaldo Villalobos, para quien convertirse en bachiller no es el final de un proceso, sino el inicio de metas más ambiciosas.
“Me siento muy feliz recibiendo mi título de bachillerato, un logro alcanzado después de cuatro años de estudios aquí en la UAI. Agradezco a Dios, a mi familia, también a todo el equipo técnico y policial de este centro por haberme facilitado esta oportunidad. Ahora podré seguir estudiando en la universidad y sacar una carrera para ser una mejor persona en el futuro”, expresó, emocionado.