Félix tenía 17 años cuando su madre fue detenida y condenada a prisión. Él se quedó solo en la casa con la responsabilidad de velar por sus hermanitos: una niña de 7 años y un adolescente de 13.
El joven, vecino de Barranca (Puntarenas), abandonó el colegio y fue envuelto por un grupo de asaltantes del barrio. La frustración lo hizo creer que solo así podía llevar el sustento a sus hermanitos, pero una mala decisión lo condujo a prisión.
Con apenas 17 años, Félix estuvo dos meses detenido en el Centro de Formación Juvenil Zurquí, mientras le realizaban el juicio. Luego, el juez le quitó la pena de prisión y le impuso una sanción alternativa, que debía cumplir durante tres años.
Félix debía trabajar y estudiar obligatoriamente, así como asistir todos los meses a terapias grupales con el equipo técnico del Programa de Sanciones Alternativas del Ministerio de Justicia y Paz.
El joven ahora tiene 22 años y este viernes fue su última sesión. Cumplió su condena y está completamente libre. “Estoy muy contento porque es un peso menos para mí. Hoy es mi último día. Estar madrugando y pagando pasajes desde Puntarenas (hasta el Zurquí, en Heredia), se me ha hecho muy duro. Tengo casi tres años de estar viniendo a Sanciones. Yo sé que ya no voy a volver más”, aseguró.
Félix se levantó a las 5 a. m. para llegar puntual, a las 10 a. m., al Parque del Este, en Sabanilla. Así como él, 90 jóvenes entre los 16 y 22 años, que cumplen una sanción distinta a la prisión, se reunieron hoy en ese lugar para disfrutar de juegos recreativos y talleres relacionados con el proyecto de vida, como parte de las sesiones a las que los jueces les ordenan asistir.
La actividad fue organizada por funcionarios del Programa Penal Juvenil (de Adaptación Social), estudiantes y profesores de los trabajos comunales universitarios “Apoyo a la población penal juvenil”, de la Escuela de Psicología, y “Justicia y Prevención de la violencia social”, de la Escuela de Trabajo Social, ambas de la Universidad de Costa Rica.
Dentro de las actividades de este viernes, se trabajó autoestima, toma de decisiones, habilidades, trabajo en equipo y metas de vida. Los jóvenes participantes recibieron además un almuerzo financiado por el Ministerio Público y provenían de San José, Cartago y Puntarenas.
Jennifer Hernández, psicóloga del Programa de Sanciones Alternativas, explicó que el objetivo es fomentar actividades recreativas y deportivas con sustento técnico, enmarcadas en la celebración del Día de la Juventud.“Ha sido una experiencia muy linda saber que ya desconté y que voy a seguir sin problemas. Yo estuve preso y fue muy duro. La experiencia ha sido muy grande para mí. Dios sabe que no quiero volver a una cárcel. Ahorita estoy trabajando por mi hija de un año y medio”, concluyó Félix.