A sus 13 años, Mauricio El Chunche Montero tuvo sus primeros zapatos. Acostumbrado a andar descalzo, debido a los escasos recursos de su familia, el famoso jugador recordó los tiempos en que pasaba recogiendo café y cortando caña en su natal Grecia, Alajuela.
“Lo más fácil en la vida es lo más peligroso, pero ustedes van a tener la oportunidad de salir, no siempre estarán aquí”, les contó esta tarde a una decena de menores de edad, privados de libertad, en el Centro de Formación Juvenil Zurquí.
Esa fue una de las charlas que dirigió el entrenador de la sub-17, a los jóvenes, para motivarlos a perseguir sus sueños, cómo él lo hizo, a pesar de las piedras en el camino. La actividad forma parte del convenio que firmó el Ministerio de Justicia y Paz con la Liga Deportiva Alajuelense.
“A los 20 años, conocí Italia y toda Europa por el fútbol. He ido a Sudáfrica y Oceanía. Mi mayor alegría fue haber ido al mundial (Italia 90). Éramos tantos jugadores de todas las selecciones del mundo. La gente me decía yo era un polo, que no sabía nada”, manifestó.
Los muchachos del Zurquí ni siquiera habían nacido cuando El Chunche representaba a Costa Rica por el mundo. En medio de la curiosidad, le preguntaron de dónde se originaba su apodo, cuántos hijos tiene y hasta cómo se puede llegar a ser futbolista.
Fue con el famoso narrador Pilo Obando con quien, durante una entrevista que pactaron, salió el nombre de El Chunche. Quedaron de verse a una hora, pero Mauricio le dijo a Pilo que requería de tiempo para llegar hasta el sitio donde se verían porque debía tomar un bus. En vez de decirle bus o casadora, Mauricio le dijo: “Tengo que esperar a que pase el chunche”. Desde entonces, lo empezaron a llamar así.
Este padre de tres hijos y abuelo de cinco aseguró que un futbolista debe ser un líder positivo, brindar ayuda a los demás, trabajar en equipo y predicar con el ejemplo.
“Nunca fui al colegio ni a la escuela, pero si yo me hubiera puesto una pared y me hubiera encerrado de mis sueños, no hubiera logrado nada. Yo no tomo ni fumo y, en todo lo que he vivido, me ha ido muy bien”, concluyó el jugador, quien a sus 53 años aún está sacando el bachillerato para seguir el resto de sus sueños.