Doce muchachos y tres mujeres, sentados en semiluna, desconocen a quién tienen en frente: es Limón, la mano derecha de Pablo Escobar, el reconocido narcotraficante colombiano.
Los jóvenes se sorprenden y dejan escapar un suspiro, sin perderle la mirada, cuando se les presenta como uno de los más cercanos guardaespaldas de Escobar.
Justamente ahí, todos caen en cuenta de que se trata del actor costarricense Leynar Gómez, el mismo que protagonizó el papel de un privado de libertad en la película Presos.
Durante hora y media, Leynar se dedica a narrar episodios de su vida, desde su natal barrio, en Cocal de Puntarenas, hasta el momento en que alcanzó la cima del éxito en la televisión internacional.
El actor, de 33 años, llegó al Centro de Formación Juvenil Zurquí para brindar una charla a adolescentes que participan en un módulo que los prepara para conseguir empleo, organizado por la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional y la Fundación Nueva Oportunidad.
“Yo todavía no logro entender cómo un mae que se crió frente al mar de Puntarenas, ahora esté actuando en una serie que ha sido nominada a distintos premios”, asegura Gómez, quien fue contratado para actuar durante la segunda temporada de la serie Narcos, transmitida por Netflix.
Leynar dice apuntar su mirada en el cielo siempre, pero comparte un consejo con los jóvenes privados de libertad: sean sencillos y tengan los pies en la tierra.
La primera vez que Leynar actuó frente Wagner Morua, en su papel de Pablo Escobar, el costarricense recordó sentir el mayor temor y ansiedad, pero usó toda esa licuadora de sentimientos para proyectarlos en escena y mostrar admiración por un personaje que, hace más de 20 años, marcó la historia de Medellín, el resto de Colombia y hasta Estados Unidos.
“Quiero proyectarme a lo más grande y esta oportunidad de trabajar en Narcos la he tomado con toda la humildad”, asegura. El actor les enseña, desde su celular, escenas de la serie donde él aparece. Unos le lanzan comentarios como “usted tiene cara de malo”, otros le dicen “ya me imagino cuánto le pagaron”, a lo que él les contesta que con ese dinero ayudó a su familia a salir de deudas.
Al final del taller, Leynar les entregó los títulos de la clausura del primer módulo del taller denominado “El yo”, del programa “Camino al brete” apoyado por el Instituto Costarricense sobre Drogas, que busca fortalecer habilidades y recursos propios al momento de buscar un empleo.