Este miércoles, 87 privadas de libertad del Centro de Atención Institucional Vilma Curling, compartieron sus sonrisas con el grupo Burumbum y 30 payasos extranjeros del Instituto Gesundheit, fundado por Patch Adams.
“Estos espacios me dan motivación para seguir adelante y pensar en mi bienestar, yo espero algún día poder cambiar por completo mi vida y ser un orgullo para mi familia, para mí y en especial para mis hijos. Creo que al final del camino he tomado buenas decisiones y he hecho grandes cambios para mejorar mi estadía aquí y mi futuro”, comentó Sherling Picado.
Además de los payasos, 20 jóvenes del Centro Especializado Ofelia Vincenzi tuvieron la oportunidad de compartir e interactuar con esta población. 15 de ellos integran el grupo Danza Libre y cinco participan de un proyecto de clowning del grupo Burumbum, quienes realizaron sus presentaciones artísticas y animaron a las 87 mujeres.
“Los muchachos forman parte de un proyecto que estamos desarrollando en el centro penal, con el colectivo Carrusel y hoy fue su primera presentación. Ya nosotros habíamos venido al Vilma Curling pero nunca con muchachos de adulto joven y ha sido todo un éxito, las poblaciones han compartido maravillosamente”, mencionó Mariamalia Cob del grupo Burumbum.
Antonio Barrantes, director del CAI Vilma Curling, señaló que han identificado como a través de las actividades culturales, recreativas, artísticas, deportivas y espirituales se ha logrado ver avances y una gran mejora en el comportamiento y la convivencia de la población.
Las visitas del grupo de Patch Adams y sus colaboradores ya se han desarrollado por más de 8 años y tanto el centro como las privadas de libertad, esperan que continúen para seguir esparciendo esperanza y felicidad.
“¿Antes Robinson en actividades? ¡Jamás! Yo era muy terrible pero ahora me he venido portando bien e integrando en estas actividades. Esto lo motiva a uno a cambiar y ver la cárcel desde otro punto de vista para sacarle provecho y no que la cárcel le saque provecho a uno, que era lo que yo antes hacía. Ahora estoy estudiando y estas actividades me hacen sentir como si estuviera fuera de prisión, esto me motiva a no dejarme vencer y apoyar a mis compañeras de que sí se puede salir adelante”, concluyó Carolina Robinson.