Esta mañana 15 privados de libertad del Centro de Atención Institucional Cocorí y cinco privadas de libertad del Buen Pastor visitaron la Basílica de Los Ángeles para participar en una misa junto a decenas de creyentes.
Cris González tiene dos años en prisión y no podía creer que por primera vez iba a salir del centro y mucho menos para visitar la Basílica de los Ángeles. Cris tuvo la oportunidad de realizar una lectura, recibió la comunión, le dio la paz a sus compañeras y compañeros así como a creyentes a su alrededor, además hizo la peregrinación de rodillas.
“Subir la iglesia de rodillas es un acto de fe, en ese caminar entregaba todo lo que sentía, me sentía más cerca, como que estaba agarrando todo lo que necesitaba. La verdad no hay palabras, los latidos de mi corazón eran muy rápidos, es lo mejor que me ha pasado desde que estoy privada de libertad.
”Lo veo como un premio que Dios me ha dado, en el centro he adquirido un compromiso más grande con Dios y es lo que me ha ayudado para mantenerme en momentos difíciles”, mencionó Cris.
Mientras entraba de rodillas a la iglesia, la mujer llevaba en su bolso peticiones de sus compañeras con el deseo que se les cumpliera a cada una de ellas. Le consultamos a Cris cual sería su petición y dijo que su libertad, aunque ya se siente libre "espiritualmente", le gustaría su libertad física.
La misa fue oficializada por el obispo José Francisco Ulloa y contó con la coordinación de la diócesis de Cartago, los centros penales Cocorí y El Buen Pastor, el Viceministerio de Justicia y la Policía Penitenciaria.
“Cuando me pidieron coordinar esta actividad fue una sensación muy emotiva porque nosotros compartimos con las personas privadas de libertad dentro de los centros penitenciarios, pero esta es la primera vez en la que tenemos a un grupo de privados de libertad compartiendo con nosotros en la iglesia”, comentó Marco Zúñiga, coordinador de la diócesis de la Pastoral Penitenciaria.
En la actividad se contó con la participación de Marco Feoli, viceministro de Justicia, quien reconoció la importancia de estos espacios para potenciar la reinserción social de las personas privadas de libertad.
“Estamos convencidos de que la única forma en que la cárcel es útil es generando espacios que acerquen a las personas a la vida en libertad, el encierro por el encierro no sirve de nada. Este año, hemos generado espacios para ir a estadios, teatro, parques, conciertos y actividades deportivas que permitan no solo que las personas vivan en condiciones dignas, sino que además potenciemos las posibilidades de reinserción social", señaló.