Hace 26 años, José Alberto Vargas empezó a huir de quienes lo perseguían. En ese intrépido escape, causado por los efectos de las drogas que consumía, subió una torre de electricidad, según él, para observar quiénes estaban detrás de él.
Esas personas no existían más allá de la mente del veinteañero. Vivió sus peores años atado al consumo de psicotrópicos, que le jugaron una mala pasada. En aquella torre, la electricidad recorrió todo su cuerpo hasta que la descarga salió por su brazo derecho, provocándole lesiones irreversibles.
Fue el niño más artista de la escuela. Los dibujos de la Virgen de los Ángeles, en los concursos regionales, lo llevaron a representar el centro educativo y ganarlos todos, poniendo el nombre de la escuela en alto.
Su familia comenzó a notar que, en el arte, José Alberto era un todo prodigio. “La pintura es un don que yo traigo desde niño, en ningún lado lo aprendí”, asegura Vargas. Sin embargo, aquel episodio de la torre llevó a que los médicos le amputaran el brazo derecho con el que pintaba.
Con la pérdida de la extremidad, se frustraron ilusiones, así como las ganas de pintar. El sustento de su casa también se vio seriamente afectado. José Alberto asegura que le tomaron cinco años para empezar de cero: aprende a agarrar un lápiz para escribir su nombre con la mano izquierda, tomar un pincel y hacer un trazo al óleo hasta llevarse la cuchara con un bocado a la boca.
No fue fácil, pero su hermana, quien es zurda, le dio breves lecciones de posturas de los dedos. El arte comenzó a fluir, el don que había creído sepultar, revivió, y hoy, desde la cárcel de Cocorí, en Cartago, José Alberto se perfila como uno de los mejores artistas del sistema penitenciario.
Sus obras incluyen paisajes naturales, escenarios internos, dibujos a lápiz, pinturas en acrílico y vende sus servicios entre el resto de artesanos del área de talleres del CAI Cartago, porque todos reconocen su especial habilidad.
“Hace tres meses entré a prisión. Yo desearía pasar todo el día pintando, soy muy aparte de la gente, no bromeo, soy reservado y me alejo de muchas cosas aquí. La pintura es todo para mí, es una forma de librarme de todo”, afirma.
Este miércoles, sus pinturas se venderán en la feria Libertad a través del arte, que se realizará de 8 a. m. a 3 p. m. en el Registro Nacional, Zapote.