Durante los primeros dos meses del año, la Policía Penitenciaria ha decomisado 355 teléfonos celulares en distintos centros penitenciarios, esto como parte de labores de inteligencia y coordinaciones con el Organismo de Investigación Judicial.
En enero se incautaron de 225 aparatos, mientras que en febrero ya suman 130 los decomisos. Las denuncias por estafas también tienden a la baja, comparadas con las del 2019.
“Hay un intercambio de información importante con otros cuerpos policiales. Nuestro propósito es prevenir que el uso ilegal de estos dispositivos cause afectación hacia lo externo. Desde el 2018 hemos comenzado a incorporar tecnología como escáners y videovigilancia, herramientas que se suman a nuestra experiencia profesional”, destacó el subdirector de la Policía Penitenciaria, Nils Ching.
El jefe policial también destacó el uso de una unidad canina que ha sido reconocida internacionalmente. El año anterior, la Policía Penitenciaria decomisó 3.145 celulares, con lo que superó los 2.946 decomisados durante el 2019.
El jueves anterior, un trabajo en coordinación con el OIJ permitió el decomiso de 17 celulares, cargadores y chips ocultos en dos módulos del CAI Jorge Arturo Montero. Durante la requisa, los agentes decomisaron, además, armas punzocortantes y chicha.
El viernes, la Policía Penitenciaria decomisó 10 aparatos en otros dos módulos de ese mismo centro penal.