El cierre de varios centros penitenciarios como consecuencia del brote de paperas provocó que las autoridades penitenciarias elevaran el nivel de alerta ante el posible envío de droga oculta en encomiendas.
Producto de las revisiones, los policías penitenciarios decomisaron marihuana, cocaína y crack en alimentos. En el centro Jorge Arturo Montero, en San Rafael de Alajuela, los agentes sorprendieron este fin de semana a un hombre de apellido Richmond con 5,25 gramos de marihuana oculta en sorbetos mientras que a un sujeto de apellido Parra le decomisaron 5,5 gramos de esa planta escondidos dentro de un tubo de pasta dental.
Poco después, un hombre de apellido Arguedas cayó con 51 gramos de marihuana oculta en el corazón de unas cebollas. “Todos estos casos quedaron en conocimiento del Ministerio Público, pues introducir drogas en un centro penitenciario es un delito”, manifestó el Subdirector de la Policía Penitenciaria, Nils Ching.
El lunes, el CAI Jorge Arturo Montero fue escenario de nuevos descubrimientos. Los agentes hallaron 26,7 gramos de cocaína en una sandalia y 35 gramos de pasta de crack en la otra. También decomisaron 4 gramos de marihuana en una piza y 11 gramos de esa droga en otra cebolla.
Teléfonos en Liberia
Información de inteligencia policial permitió a la Policía Penitenciaria incautar cinco teléfonos celulares que estaban en el doble fondo de un cajón en uno de los dormitorios bajo aislamiento por paperas. Los oficiales hallaron, además, cables USB y cargadores.
“Diariamente realizamos operativos de decomiso y hallazgo; esto es fundamental, pues el cuerpo policial debe tener un control permanente sobre la población privada de libertad y poder desarticular grupos organizados a lo interno de los centros penales”, aseveró el subdirector Nils Ching.