A casi tres horas de cumplir su primer día en libertad, Cris González compartió su experiencia en prisión, junto con nueve privadas de libertad, a estudiantes de la Universidad de Costa Rica en el conversatorio “Orientación y sentido de vida”.
Las diez mujeres del módulo de oportunidades y compromisos del Centro de Atención Institucional Vilma Curling, se inscribieron hace tres meses en un taller. Ellas desconocían el término logoterapia, pero, a pesar de sus dudas y miedos, se animaron y vivieron una experiencia inolvidable.
“Todo empezó gracias a doña Kennly Garza, subdirectora del centro. Pensábamos que nada más era un club de lectura, nos sorprendimos porque cuando nos hablaron de logoterapia no sabíamos qué significaba, pensábamos que era como un examen psicológico. Nos dimos la oportunidad de abrirnos y, de esta manera, nos redescubrimos a través de este taller. Redescubrimos muchas cosas que teníamos y confrontamos otras que nos hacían daño. Para mí, fue como una liberación porque nos enfrentamos a esos barrotes internos y nos hemos liberado plenamente, prácticamente fue como marcar en la vida un antes y un después”, mencionó Kattia Salas, privada de libertad.
Kennly Garza, subdirectora del centro, indicó que el taller tuvo un enfoque terapéutico basado en el libro “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl. Se aplicó la logoterapia a través de una lectura que cuenta las vivencias en un campo de concentración y los pilares del existencialismo. La dinámica era que las participantes leyeran extractos del libro y al reunirse, trabajaban de manera emergente diferente temas, entre ellos: las vivencias expresadas en el texto, los conceptos teóricos y sus propias historias de vida, así como su privación de libertad.
Cris, quien sacó tiempo de su primer día en libertad para compartir con los estudiantes y sus excompañeras, mencionó que, al salir, tuvo miedo y se preguntaba constantemente qué iban a pensar, a decir o si la iban a señalar cuando la vieran en la calle.
“Cuando salí, salí con miedo. Había cosas a las que ya no estaba acostumbrada, hasta me daba vergüenza salir porque yo sé que hay gente que se empeña en señalarlo a uno como delincuente. Este, para mí, es el mayor desafío. ¿Cómo lograr que nos quiten la etiqueta de delincuente que nos pone la sociedad? La actitud es lo importante, tenemos que mantener la frente en alto y demostrar que sí se puede”.
”Adentro hay muchas cosa negativas que uno puede aprender, pero hay todavía más cosas positivas y eso está en cada uno. Uno decide si se involucra o se hace a un lado. Si la gente pensara antes de etiquetarnos y se tomaran el tiempo de ver que somos personas, seres humanos y que queremos salir adelante, esto sería diferente. Pero, a mí ya no me da vergüenza, yo ya superé esta prueba y ahora lo que quiero es enfocarme en cumplir todas mi metas”, mencionó Cris González, en su primer día en libertad.
Kattia Salas agregó que la mayor motivación está en uno mismo y que debemos recordar que somos los protagonistas de nuestras vidas y los arquitectos de nuestros sueños y que para poder realizar un sueño depende de uno. Sin importar las circunstancias, lo importante es enfrentar cada adversidad con dignidad.
“La dignidad le pertenece a uno, el hecho de que estemos privadas de libertad, momentáneamente, no me ha arrebatado mi dignidad, eso viene conmigo. Es importante recordar eso porque si lo olvidamos, viene a nosotros un vacío existencial. Somos seres valiosos y en nosotros está el forjar una historia de vida diferente, yo espero con anhelo alcanzar la tercera fase del libro que se llama: Después de la liberación”, mencionó Salas.
El conversatorio se llevó a cabo en el Auditorio de la Facultad de Educación a través de la Escuela de Orientación y Educación Especial y con la colaboración del Ministerio de Justicia y Paz, en el marco de la celebración de 60 aniversario de la facultad.