Desde el 2015, se han plantado 3.337 ejemplares
San José, 10 de junio del 2016. Warner Moreno tenía seis años de no salir de la cárcel La Reforma. Esta mañana, llegó al parque metropolitano La Sabana, con tres privados de libertad más que trabajan en el vivero de este centro penitenciario, para colaborar como voluntarios durante la primera jornada de siembra de árboles.
Con sus manos llenas de tierra y su casco blanco puesto, Warner ve venir entre los árboles a su familia. Su madre, su hermana, su sobrina recién nacida y un sobrino al que no ve desde pequeño se acercan. En medio de la duda de si podía abrazarlos o no, pidió permiso a los oficiales de la Policía Penitenciaria para ir hacia ellos.
Los abrazos conmovieron al grupo de voluntarios de cinco empresas que llegaron a sembrar también. Doña Mireya Fajardo lloró con su hijo, las sonrisas se dibujaron en los rostros de ambos y hasta la bebé de dos meses se despertó para ver por primera vez a su tío.
En una jornada asoleada, bajo la sombra de algunos árboles, decenas de voluntarios se apuntaron a la siembra de 90 árboles de 15 especies distintas, entre olivos, matapulgas, robles, cedros y anonillos.
Los árboles no tienen menos de un año de desarrollo, al menos, con dos metros de alto. La mitad fue desarrollada en el vivero de La Reforma y la otra mitad en la Universidad para la Paz con un proyecto de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz.
Este es el sexto año en que se siembran árboles. Desde el 2015, se han plantado 3.337 árboles con 197 especies nativas. Para el 2016 se tiene proyectada la siembra de 450 ejemplares. El objetivo es reponer lo que se ha extraído de la zona, ya sean árboles enfermos o muy antiguos.
De los troncos cortados, el Instituto Costarricense del Deporte (ICODER) extrae madera comercial de dos pulgadas de grueso que es utilizada en el Taller de Maderas del Centro de Atención Semiinstitucional San Luis, donde la población beneficiada confecciona mesas y sillas para los instalarse en parques públicos.