La intensa revisión de encomiendas permitió nuevamente a la Policía Penitenciaria el decomiso de droga oculta en alimentos. Los agentes luchan, cada día, a fin de descubrir nuevas e ingeniosas formas para ocultar psicotrópicos, actividad que significa para los remitentes hacer frente a causas penales.
En el Centro de Atención Institucional (CAI) Jorge Arturo Montero, en San Rafael de Alajuela, los agentes sorprendieron el jueves a un hombre de apellido Somarribas con 48.40 gramos de pasta de crack en una tasa de arroz. La droga venía preparada en forma de granos.
A ese mismo centro penitenciario un hombre de apellido Caravaca intentó introducir 17.6 gramos de cocaína en un recipiente con carne y más tarde una mujer de apellido Mesén fue sorprendida con 62.40 gramos de cocaína ocultos en el forro de unas tenis. La droga fue empacada en bolsas de tela.
Operativo dentro del centro
Po otro lado y como parte del trabajo diario de inteligencia que realiza la Policía Penitenciaria se realizó un operativo de inspección dentro del CAI, en el módulo A-2. Allí decomisaron siete teléfonos celulares con accesorios y armas punzo cortantes.
“Estos decomisos no son casos aislados, son parte del trabajo que el cuerpo policial realiza diariamente tanto en los ingresos a los centros como en los distintos módulos. Para la Policía Penitenciaria es vital mantener la política de cero tolerancia con las personas que utilicen el sistema penitenciario costarricense como centro de operaciones”, mencionó el subdirector de la Policía Penitenciaria, Nils Ching.